lunes, 31 de marzo de 2014

El camino me ha traido hasta aquí.

He tratado de eludirlo, de evitarlo, pero sabía que todos los caminos me traerían aquí de nuevo. Lo he sabido desde hace meses, lo he sabido, sobretodo, desde hace unas horas.
He intentado no acudir a este lugar tanto tiempo después, pero hasta el sueño me traiciona y morfeo me expulsa de la tranquilidad y paz de su dominios para volver a esta realidad tan difícil de ahora.
Sabía, desde hace mucho tiempo, que estas palabras saldrían algún momento, lo sabía y lo acepté, con terror y valor; este era el final, lo acepte como digo, lo acepto, lo temía pero lo tomo, es el precio, lo pagaré.
Y aquí estoy de nuevo ¿Cuanto tiempo ha pasado? Mucho, una larga época, dichosa; unos años de felicidad, pero aquí me encuentro ahora, tan cierto como que volveré a partir, así como que ese nuevo viaje terminará de la misma manera y en este mismo lugar.
Pero no todas las historias son iguales, he aprendido que la salida fácil no es para mi, y esta vez no tomaré el odio como el medio de sobrevivir, está vez seré un luchador y me enfrentaré de otra manera a la vida.
No me arrepiento, no lo hago, de nada, a pesar de mis sentimientos actuales, pero por primera vez trato de aprender una nueva lección, difícil, pero lo intento; no quiero que tampoco se arrepientan de esto, o quiero no querer.

Quiero volver a abandonar este lugar, ser feliz, lo quiero para mi, lo quiero también para ella.