martes, 28 de septiembre de 2010

Presagio

Más allá del valle del destino, de las cumbres nevadas del silencio, del castillo del oscuro lamento, tras caminos sin salida, rodeado por el río de la melancolía, con sus siniestras aguas turbias, allí donde no llega el conocimiento, ni la imaginación, ni tan siquiera la malicia humana, allá en la lejanía estaba aquella silueta condenada, condenada a un tormento infinito, ni vivo ni muerto, soportando las cadenas de un castigo eterno a punto de pronunciar aquella misiva que llevaba mil años cavilando.


-Presagio entre tinieblas, - dijo- maldito, indigno y abatido, todos los tormentos que sobre la tierra van a acontecer, no podrán escapar de sus pecados ni liberarse de la gran guadaña, de afilado metal oxidado que les juzgará tanto el corazón, como sus miserables almas. Mí dolor y mí perdida no será nada en comparación con todo aquello que les será arrebatado, no existe conciencia humana capaz de vaticinar hasta que punto será derrotada su soberbia, ansío lo que nunca podré tener, el poder reconfortante de tener en mis manos la muerte y la vida, la agonía y la codicia, lo bello y lo hermoso... y todo aquel que pretenda ser juzgado recibirá toda la cólera de años de soledad, de martirios y lágrimas errantes, desde aquí profetizo el fin de los tiempos como los hemos conocidos, desde este mismo instante la sangre será negra y volátil y nadie, absolutamente nadie tendrá el privilegio de albergar una mente lucida y capaz por si misma de crear, pensar o calcular, hoy es el primer día, el único y primer día en el que el instinto asesino será libre de carbonizar lo existente, solo un punto entre trillones de ceros, tan solo una efímera milésima.

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Solo las piedras

Este mundo es un lugar sombrío, invadido por una plaga egoísta y destructora que mata vilmente todo lo hermoso tan solo con su presencia, lo que antes eran bellos bosques ahora solo son laberintos urbanizados de hormigón y metal donde se apiñan mentes deformes de cristal, con una diabólica inteligencia, incapaces de hacer algo bueno jamás.

Vivimos en un mundo bello, mancillado y destruido por el ser humano, ya no quedan parajes sin edificar, no quedan razas a las que atacar, no quedan ríos limpios, ni mares sin explotar.

Decepción es lo único que siento al recordar que alguna vez creí en la buena voluntad, decepción por haber creído en las personas cuando nunca han echo nada realmente de provecho, decepción e impotencia de ver, desde la cuna a niños, adolescentes y hombres destruyendo y torturando a cualquier animal.

Cuando no quede nada que arrasar, lugares donde edificar, seres a los explotar ni mentes a las que dominar nos daremos cuenta de la situación a la que nosotros mismos nos hemos sometido, perecer.

Tan solo las piedras quedaran como testigos inertes de nuestro fugaz paso industrializado por la tierra, tan solo las piedras.

un suspiro en la historia de la madre tierra...